CUBA EN 14 DÍAS


Después de  recorrer y sentir parte de la historia de Cuba, les dejo algunas fotos, lugares visitados, casas particulares y anécdotas. No es igual estar en la comodidad de lo que se conoce desde la vivencia y condición de colombiana curiosa y exploradora de su país; a salir a un país con historia del que la que la mayoría de personas tiene prejuicios o diferentes formas de etiquetarla, aunque muchas opiniones surjan de personas que jamás han estado allí.


La idea de visitar a Cuba rondaba en mi cabeza desde hace unos años. Sin embargo, por uno u otro motivo había renunciado a ese proyecto. Por ejemplo, cuando estaba cursando 8° semestre de mi carrera universitaria quise complementar mis estudios de Licenciada en Lengua Castellana y Comunicación con el de Dirección de cine en La Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, Cuba. Ya que, me parecía curioso que fuese una organización inaugurada por el escritor y premio Nobel de Literatura colombiana, Gabriel García Márquez quien se desempeñó como Presidente de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, mientras en Colombia no se valoraba plenamente el trabajo de Gabo. En ese entonces, las personas que  me asesoraron infundieron prejuicios y temores que hicieron que declinara mi entusiasmo por ese país. En otra oportunidad quise simplemente acercarme a su historia y la excusa fue el dinero y poco tiempo libre. Sin embargo, el año 2016 fue un año crítico que hizo que rompiera con la rutina y retomara mi sueño de viajar y conocer lo que hay más allá de las fronteras de Colombia. Y aunque no recibí la bendición de algunos de mis seres queridos, renuncié al trabajo y tomé la decisión de empezar un 2017 viajando a Santa Marta, Colombia. Viaje que realicé en moto junto a mi novio y dos amigos con la ilusión de probar que tan fácil o difícil sería usar la moto como medio de transporte. La experiencia simplemente fue fantástica.
Y si no se han enterado pueden acceder aquí: http://mariapolloyyo.blogspot.com.co/2017/02/el-primer-viaje.html

El 27 de enero del 2017, estaba emocionada por ver y recibir a mi amiga Isy a quien había despedido en ese mismo aeropuerto Camilo Daza hacía 9 meses. Siempre es bueno tener la ilusión viva de recibir a esos amigos que aunque vivan lejos los llevas en el corazón. Isy es la culpable de activar mi confianza y acompañarme en la aventura de visitar Cuba o parte de ella. Fueron pocos los días que estuvo en Cúcuta, pero los suficientes para demostrar una vez más lo mucho que quiere a sus amigos.
Nuestro viaje inició el 7 de febrero. Sin embargo, como sabemos que nos gusta tirarnos a los brazos  de Morfeo, decidimos que el 6 en la noche no dormiríamos y usaríamos la noche para hacer maletas y programar el siguiente viaje. Así fue, a eso de las 3:00am estábamos llamando un taxi para ir al Aeropuerto Internacional Camilo Daza de la ciudad de Cúcuta para hacer el check-in y pagar la estampilla procultura la cual siempre me ha llamado la atención ya que es el único aeropuerto de Colombia donde he tenido que pagar dicha estampilla. A las 5:30 estábamos en el avión y a las 6:45 am llegamos a la ciudad de Bogotá. Para acceder a los vuelos internacionales se debe hacer una fila. Realmente al interior hay dos. Una para los colombianos y otra para los extranjeros. De esta manera, se realiza el proceso de migración. Presenté mi pasaporte y boleto de vuelo. La conexión a La Habana (Cuba) se dio a las 9:07am. Y en la misma puerta de salida al vuelo se informaba que; la visa o tarjeta de turista para ingresar a la isla se podía comprar allí y tenía un costo de $52.000 pesos. Es un papel sencillo conformado por dos fracciones que tiene espacios para ser llenados con datos que están en el pasaporte. Una de las fracciones se debe entregar al llegar a migración en La Habana y la otra al salir. Es necesario guardarla ya que si no se tiene al salir, se debe pagar nuevamente. El vuelo a la isla dura alrededor de tres horas y antes de llegar los auxiliares de vuelo entregan dos formatos. Uno que es la Declaración de Aduana y otro de salud. Es cuestión de llenar los datos solicitados ya que el de Aduana queda en la primera fase de migración y el de salud en la segunda fase. La primera impresión la verdad no me gustó, la gente hacía la fila para validar el ingreso a la isla y ¡¡oh sorpresa!! El policía de aduana hace que Isy sea separada del grupo para entrar en interrogatorio y luego me tocó la misma situación y con el pasaporte retenido. Todo este tiempo sin tener claridad del por qué hacían esto mientras las demás personas seguían pasando. Curiosa por saber el porqué, me dirigí al policía de aduana y él respondió que era un proceso de rutina y unos días después logré preguntar a otro policía el posible  motivo y dio una respuesta similar al decir que al azar hacen dicho proceso. Aún tengo mi duda.
Una vez recibido el pasaporte se pasa a retirar los morrales y salir del aeropuerto. Nosotras llevamos euros y los cambiamos en la CADECA (Casa de cambio) se compra la moneda para extranjeros que es el CUC porque el CUP es para los nacionales no va a servir de mucho pues, para casi todo les van a pedir el CUC y en muy pocos lugares se puede usar la moneda nacional (CUP) como por ejemplo, en el transporte público.

En nuestro caso tuvimos la suerte de conocer un chileno que conocía a Cuba por haber estudiado medicina en La Habana y regresaba a visitar a unos amigos. Nos orientó un poco y nos invitó a esperar a su amigo que lo recogía en el aeropuerto. Después de esperar un rato, llegó el señor y subimos en la primera máquina que es un carro con muchos años de uso y de servicio particular. El costo siempre es alto y por un error de comunicación entre Isy y yo, terminamos pagando el doble.  El servicio costaba 20 CUC y cada una pagó la misma cantidad, es decir 40CUC que en peso significa 120.000 Esa primer tarde empecé a comprender que hay que estar muy atenta con el cambio de moneda y con el término de CUC y CUP ya que 1 CUC equivale a 25 CUP.  Lo que hice fue concentrarme en multiplicar por tres cada vez que me hablaban de CUC y de esta manera calcular en peso.
La amabilidad de la gente me confundía y como buena observadora entendí que el trabajo de muchos de ellos es recomendar lugares para luego ganar algo de comisión. En  casa del amigo del chileno querían que usáramos una habitación de una conocida pero los precios eran altos y en el libro que Isy llevaba, hacía referencia a 20 o 25 CUC. Así que aproveché para pedirle recomendación al chileno y exponerle lo que deseábamos conocer y él amablemente me confirmó que podíamos encontrar algo más económico y mejor ubicado. Es así como optamos por irnos a la vieja Habana y preguntar en una casa particular y la señora aunque no tenía habitación nos llevó con una familia cubana que a unas cuadras de allí, también tenía el servicio de casa particular. En ese lugar, terminamos quedándonos 2 noches y al finalizar nuestro viaje otras 3 noches. En general, fue una familia amable, colaboradora y habladora. Me encantó poder debatir con ellos y acercarme a la realidad de Cuba a través de la experiencia de la familia. El contrato fue una habitación con desayuno para las dos en 30 CUC. En Cuba se cobra por habitación y no por cama como en la  mayoría de  hostales en Colombia. En el lugar venden agua, tarjetas de internet que por cierto es algo que no funciona muy bien. Para acceder a internet hay que ser muy paciente y buscar señal y en tanto se busca la señal se consume los datos y queda casi nada para hablar. Lo que hice fue desconectarme de todo y viajar libremente sin depender del internet o de las redes sociales.  




La Habana, la empezamos a recorrer al siguiente día. Como nos habíamos instalado a una cuadra de donde inicia el Boulevard de San Rafael, lo que hicimos fue visitar lugares emblemáticos y sitios fáciles de reconocer como por ejemplo: el Capitolio Nacional y el gran Teatro de la Habana “Alicia Alonso” al que por cierto tuve la oportunidad de visitar y ver en acción el Ballet Nacional de Cuba en la obra “Giselle”. Además, ver a corta distancia a la señora Alicia Alonso quien tiene más de 90 años. Pero esa es otra historia, lo que hicimos ese primer día de recorrido fue salir por el paseo Martí y llegar hasta el Malecón para luego usar el bus que pasa por el túnel de la Bahía de la Habana. 


Ese túnel pasa por debajo de la Bahía a lo largo de 733m y comunica en un rápido acceso a la capital con los municipios del noroeste. El túnel se encuentra a una profundidad de 12-14 m, con cuatro carriles que permite el tránsito de muchos vehículos y que comunica fácilmente al castillo de los tres reyes del Morro. Ese día nos enteramos que en la semana del 9 al 19 de febrero se realizaba la Feria Internacional del Libro de la Habana 2017 y que el país invitado era Canadá. Así que optamos por no entrar al castillo ya que costaba 3CUC, en tanto en la fecha de la feria solo costaría 1 CUP y tendríamos la ventaja de comprar libros.   


Esperamos el atardecer en la parte exterior de uno de los castillos y la magia llegó con la tarde. Mucha gente caminando, sacando fotos, muchos idiomas se confundían a nuestro alrededor y aprovechamos que un cubano explicaba a una pareja italiana y entramos a dialogar con él. Al final, le preguntamos si era posible que nos pasase el Túnel y la pareja italiana aceptó. El señor terminó recomendando Cienfuegos. Lugar que por cierto, visitaríamos después.



Entrada la tarde, decidimos darnos un paseo por la calle Obispo y tomar en “La bodeguita del medio” un mojito cubano por 5CUC y más tarde cenar un plato con langosta que incluía la bebida y en la que decidimos tomar “Piña colada” bebida que fue nuestra preferida en la isla. La cena costó 13CUC c/u
  
             
                         Nota: Las fotos corresponden a diferentes lugares

Después de este manjar decidimos caminar hasta la casa donde nos estábamos quedando, mientras caminábamos y disfrutábamos de la música en vivo que salía de un restaurante, nos abordó un par de hombres. El mayor de ellos decide hablar con Isy, mientras el otro trata de hablar conmigo e insistir en que baile. Le aseguro que no se bailar y que prefiero escuchar a los músicos. No le gustó y se fue. Mientras el mayor, hablaba y hablaba y no me transmitía nada bueno. Decido interrumpir y pedir a Isy que saliéramos de allí porque me encontraba cansada. Momento que aprovecha el señor para entregarle un tabaco y, aunque ella dice que no lo va a usar; él le dice que lo lleve de recuerdo. Decidimos caminar y justo a una cuadra venía junto a otro joven el hombre que intentó sacarme a bailar. Insisten en que si estamos en Cuba debemos bailar y que a unas cuadras hay una fiesta a la que podemos ir. Les explicamos que no nos interesa y que estamos cansadas a lo que ellos interpelan que ¿cuál  es nuestro destino? Y, que le demos algo para comprar leche porque la madre de ellos que a la vez es la esposa del señor mayor que entregó el tabaco a Isy está enferma y necesita calcio. Y como insiste y ninguna suelta dinero se molesta y dice que le paguen el tabaco. Yo le digo que nos dejen pasar, que no queremos ni baile, ni fiesta, que no le vamos a dar dinero; a lo que manifiesta que el camino es libre. Les digo que sí, que la vía es amplia pero siento que ellos están obstruyendo el paso y con su actitud no nos dejan avanzar. De mala manera le quitan el tabaco a Isy y nosotros seguimos nuestra ruta. En ese momento me tensioné y recordé que aunque nos explicaron que Cuba era muy segura, también podríamos correr riesgos por estar solas. No habíamos avanzado dos cuadras cuando Isy me informa que nos siguen dos hombres y como ella me había recordado que la paranoica soy yo, que en Colombia miro para todos los lados y guardo bien las cosas, le molesto y recuerdo que son ideas suyas por lo que nos acababa de pasar. Sin embargo, le señalo que caminemos y paremos en el parque donde inicia el Boulevard. Así que paramos y los chicos dieron dos pasos y se pararon. El semáforo daba la señal de avanzar y ellos nada que seguían. Así que uno optó por acercarse y preguntarnos dónde era la fiesta. Respondimos al unísono que no íbamos a ninguna fiesta. Los chicos se sorprendieron y al quedarnos ahí; optaron por irse a otro lado, momento que aprovechamos para cruzar la calle e ir directamente a la casa. Ahí terminó nuestra segunda noche en la Habana porque al día siguiente nos dirigiríamos a Matanzas. Un recorrido de 110km aproximadamente.

Directo a Matanzas

Son las 8:00 am y ya estamos listas. El desayuno generalmente estuvo compuesto de café, pan, mantequilla, miel, frutas, huevos, jamón y jugo natural. Esperamos a quien nos llevaría a la provincia de Matanzas. La idea principal, visitar a una familia que Isy había conocido hacía dos años. En la ruta, intercambiamos opiniones con el conductor, un joven oftalmólogo que había vivido en Venezuela haciendo su trabajo de campo y luego había pasado a Colombia por un amor que no duró mucho tiempo. Aprovechando la conversación y varios temas del país y la curiosidad de conocer más, le pregunté si era posible que nos llevara a Varadero porque esa era la ruta final para él pues había una cuarta persona con nosotros que viajaba hasta allí. Él, respondió que sí. En el trayecto a Matanzas y después de un largo viaje, el conductor  baja a desayunar e Isy acalorada decide salir del carro y estirar las piernas y desde afuera empieza a discutir con pollo. Yo aprovecho el momento y decido grabar la situación.


Al regresar de Varadero, el conductor nos dejó en Matanzas. El costo de ese viaje fue de 20CUC c/u. Pasado el mediodía, llegamos a casa de Roberto y Margarita. La casa es amplia, limpia y allí mismo brindan el servicio de desayuno y cena. Una vez instaladas, salimos a tomar un café en el lobby del Hotel Velasco que queda enfrente del Parque Principal. También aprovechamos la tarde para recorrer y darnos cuenta que es un lugar con muchos puentes. El pueblo de Matanzas está ubicado en la zona de la desembocadura de ríos Yumurí, San Juan y Canímar.

              

Al llegar la noche, regresamos al parque, descansamos un poco allí, observamos el comportamiento de la gente y descubrimos que los cubanos en general deben amontonarse en los lugares cercanos donde hay señal para acceder al internet y poder comunicarse. Por todos los lugares que visitamos, se repitió la misma escena.
Una vez en casa, nos esperaba una langosta acompañada de platanitos fritos, arroz, ensalada fresca, agua y café. 12CUC. Cena que podría ser para dos personas perfectamente.
Al siguiente día, el desayuno que era delicioso y a un costo de 4CUC c/u compuesta de mucha fruta, pan, mantequilla, mermelada, tortilla de huevos con queso, café, jugo natural, agua. Optamos por usar el transporte de los cubanos y llegar hasta las playas. de Varadero. Esta ciudad pertenece al municipio Cárdenas, situada en la península de Hicacos. El trayecto es de 60Km y el costo fue de 10CUP (Moneda nacional). El transporte es en tipo camioncillo con lugares para sentarse y otros de pie (Guagua). El acceso a las playas es fácil y libremente se puede elegir el lugar que mejor parezca. Lo novedoso fue encontrar policías. Fue interesante hablar con uno de ellos y conocer su realidad y visión de la vida en Cuba y en esa profesión. Al igual que en Colombia trabajan 25 años y se jubilan. Los sueldos son bajos.

De regreso a Matanzas, paró el transporte Transgaviota y por 10CUP nos ha llevado a la estación de los bomberos. Cenamos un pescado al grill 8CUC c/u.  Cena que podría ser para dos personas perfectamente.

                

El tercer día en Matanzas decidimos ir a una de las mejores experiencias que se puede hacer cerca de la ciudad. La ruta fue de Matanzas al río Canímar y navegar en barco por el río. El costo es de 35CUC la hora pero la verdad no es suficiente para navegar y regresar al punto de partida. Así que, se cobra 10CUC adicional por hora. Al final, la experiencia fantástica de conducir en el río y en privado. 


De regreso a casa, tuvimos la compañía y orientación de un cubano que nos invitó a casa al siguiente día. Pero una vez llegamos a cenar y hablar con la familia, descubrimos que no era una buena opción ir a cenar a ese lugar y aunque llamamos para cancelar la invitación, nunca contestaron. Cena de camarones 8CUC c/u


El cuarto día decidimos ir a las cuevas de Bellamar. Para ese recorrido, nos dirigimos al museo Farmacéutico que queda frente al parque principal y tomar el bus  # 12 que va directo a las cuevas. El costo del bus es de 1CUP y la entrada a las cuevas para los extranjeros es de 5 CUC + 5 CUC por cámara o celular que se quiera ingresar. La verdad, la cámara de mi celular no fue la mejor. La recomendación es que no se pague si no está seguro que su cámara es buena.  El recorrido se hace en 20 minutos. Al ingresar, indagaron si pollo era una cámara, me tocó desmembrarlo para demostrar que no había cámara por dentro. Dentro, el guía quiso quedarse con pollo. Pero él muy asustado permaneció inerte. 

               

Saliendo de allí, tomamos la decisión de regresar a Matanzas y al quedarnos en un lugar que no conocíamos nos confundimos y personas a las que nos acercamos nos enviaban a lugares diferentes. Quisimos utilizar un lugar de los que usan los cubanos para tomar un jugo y el sitio estaba en mal estado. Luego fuimos a un supermercado y pudimos comprar algo y recibir orientación para llegar a la estación de los bomberos. Ese mismo día, optamos por ir nuevamente a Varadero y ver el atardecer allí. Al tomar la guagua tipo metrobus, el conductor se quedó con los vueltos y al reclamarle Isy, él señor arma un escándalo para hacernos sentir culpables. El valor era de 2 CUC c/u y él cobró 4CUC c/u. La parada elegida fue la estación # 54 “Todo en 1” Al finalizar la tarde, decidimos regresar a Matanzas, pagar las 4 noches, 4 desayunos y 4 cenas. Total a pagar 92CUC c/u
Rumbo a Cienfuegos
La recomendación dada por la familia consistió en hacernos ir al terminal de Matanzas y negociar el viaje hasta Cienfuegos (195Km). Una vez allí, escuchamos precios y posibilidades. La verdad, se podía viajar en la módica suma de 6CUC en una Guagua hasta  Jagüey pero eso implicaba buscar desde allí un nuevo transporte hasta Cienfuegos. Así que, optamos por pagar un viaje privado en una máquina que nos llevaría hasta el hostal en la ciudad. El precio final fue de 25CUC c/u. Al principio, el conductor estaba muy serio. Sin embargo, con el transcurrir de los minutos y la necesidad de conversar logró interactuar con Isy y conmigo. Manifestó que le “apasiona Colombia” y que “las mafias son buenas porque dan poder y dinero” lastimosamente tenía este concepto gracias a un listado de novelas y series que ha visto de Colombia y que tratan el tema de las mafias.  


Una vez llegamos a Cienfuegos decidimos que era necesario preguntar en varias casas de arriendo. Los precios rondaban desde los 20CUC pero optamos por elegir algo tipo casa antigua y alta. Llegamos a la casa de Inés y Andrés “la española” ubicada en el Malecón. La habitación fue negociada por 30CUC con desayuno para las dos. Al atardecer caminamos muy cerca, al parque y luego al muelle a ver el atardecer y a los pescadores sacar sus pescados.

                          Pescadores haciendo lo suyo en un hermoso atardecer. 

Cienfuegos es una ciudad limpia, de calles amplias y gente amable. Fuimos al restaurante “Villa María” ofrecen variedad y los precios son asequibles. El señor Alberto fue muy amable.



El segundo día en Cienfuegos fue la primera vez en usar el cajero en Cuba. Aprovechamos para salir a comprar el ron, los habanos e ir a almorzar a “La complaciente” excelente lugar con buena comida y a un precio de 60CUP (Moneda nacional). La tarde la pasamos en el museo que es una casa en restauración. La entrada tiene un precio de 2CUC.

                                          Museo mirador en Cienfuegos
La noche llegó y con ella la buena música. En el teatro Terry hay música en vivo, mojito cubano y otras bebidas. Conocimos dos parejas conformadas por una cubana y un vasco y la otra; por una cubana y un francés. Fue interesante departir con ellos y conocer el estilo de vida de estas parejas. Al finalizar la noche, fuimos a dormir.
Al tercer día, organizamos un paseo por el castillo de Jagua. La salida se da desde el muelle en Cienfuegos y el costo es de 2CUC ida y retorno en un trayecto de 45 minutos. En el recorrido tuve la oportunidad de compartir con un cristiano protestante quien se muestra muy pesimista de la vida en Cuba. El almuerzo cerca al castillo de Jagua no fue el mejor. Después de un rato de recorrido y exploración por el castillo regresamos a Cienfuegos.



La tarde es linda y compartir frutas con helados es un plan que disfruto en cualquier lugar. Además, realizar mi primer sudoku y compartir unas piñas coladas en la terraza del Hotel la Unión, un excelente lugar para ver el atardecer y departir con Isy. Después de pasar un día entre el castillo y atardeceres, nos quedarnos en el hostal a jugar cartas con una pareja alemana y así termina el tercer día en Cienfuegos.
El cuarto día no me sentía con energía, sin embargo, debía aprovechar cada día del viaje. Así que el nuevo plan fue recorrer el Malecón de Cienfuegos. Caminamos durante un buen tiempo hasta llegar a Punta Gorda. Durante el camino, vimos casas antiguas y recuperadas.
  
Después de varias horas de caminata, un almuerzo en un lugar cercano a punta gorda y la amenaza de lluvia, decidimos retornar al pasillo de las artesanías. Sin embargo, por la lluvia fueron cerrados los locales y regresamos al hostal a organizar todo porque sería nuestra última noche en Cienfuegos. 
              

Retorno a la Habana
A las 9:00am y después de 3 horas (255Km) de recorrido y un pago de 25 CUC c/u, llegamos junto  a la pareja alemana  a la misma casa que habíamos usado los dos días que habíamos dormido en la Habana. Una vez allí, descargamos todo y salimos a almorzar. Una de las experiencias más negativas en alimento en la ciudad. También optamos por comprar las entradas a la obra de teatro para el siguiente día ya que los tickets que compró la señora de la casa donde nos quedamos, era solamente para cubanos. El costo de la entrada fue de 30CUC c/u.
Esa tarde, decidimos ir  a la plaza de la revolución y el plan fue utilizar el transporte cubano. La sorpresa fue que al hacer fila e ingresar, en cada estación se subía más gente hasta quedar tan amontonados que costaba respirar. Afortunadamente el trayecto no fue tan largo y llegamos a la estación de la revolución.
Resulta que al llegar allí, pollo decidió salir y observar toda la plaza. Acto que no les gustó a los policías que vigilaban el palacio del ministerio de defensa que queda justo en el edificio con el rostro del Che. Me preguntaron si pollo tenía cámara? Y pollo y yo huimos de ahí.

Un hecho curioso fue que acercándonos a las 5:00 pm, quisimos ir al edificio que tiene la estatua de José Martí en la plaza de la Revolución. Pagamos para subir las escaleras y al subir nos dimos cuenta que otras personas entraban por la vía de los autos sin pagar. Además que, no demoramos más de 15 minutos y nos sacaron porque ya cerraban todo. Esa tarde conocimos a un viajero alemán con el que logramos hablar e intercambiar opiniones un unas horas. 

               
Como el tiempo allí fue poco, optamos por ir al cementerio “Cristóbal Colón” y la sorpresa fue que también cobraban por estar allí. Así que harto de que todo se cobraba, decidimos caminar por más de dos horas hasta llegar a la casa hostal. La caminata fue por la avenida la revolución hasta llegar al malecón y una vez allí bajar a orillas del mar hasta terminar en casa. Recomiendo comer diagonal a la embajada americana. Platos ricos y económicos.  Y ahí termina la noche.


El siguiente día que era sábado; fue un plan netamente cultural, después de desayunar y con la ayuda de Alejandro, el hijo de la familia donde estuvimos. Fuimos al Castillo de los tres reyes del Morro. 

  
  
Era el día elegido para ir a la feria Internacional del libro en la Habana 2017 cuyo país invitado era Canadá. La llegada y entrada al pabellón no fue fácil. Nos esperaba un clima de 33 grados y un sinnúmero de personas deseosas de ingresar. La fila no se hizo esperar y después de un largo tiempo de espera por fin entramos. 
               
En el recinto, la gente se mezclaba y casi era imposible disfrutar de los diferentes escenarios. Compré pocos libros, exageradamente económicos y al salir queríamos comer y tomar algo y este proceso fue una odisea. Salimos de ahí a las carreras ya que nos esperaba el teatro en la noche.
Pollo, estuvo emocionado hasta que el sol y la gente lo asfixió. Algunos asistentes quisieron comprar a pollo sin saber el historial que tiene.

                                              Pollo en la feria del libro

La noche llegó y emocionada por asistir al gran teatro Alicia Alonso de la Habana –Cuba. Logramos entrar. Es un lugar mágico en el que me sentí privilegiada de poder asistir y mejor aún, ver a quien fue la primera bailarina y coreógrafa del Ballet Nacional de Cuba. Alicia Alonso, a quien la honraron bautizando el teatro con su nombre. Después del teatro, un tabla de queso y jamón y una noche en la que no pude dormir por infección estomacal.
El penúltimo día no pude salir de casa. Todo el día estuve en cama. Los cuidados de la señora de la casa fueron especiales y en la tarde ya me sentía mejor.
El día de despedirnos de Cuba llegó, salimos muy temprano a un lugar cerca al Boulevard de San Rafael a comprar recuerdos para la familia. Hay promociones, rebajas y excelentes recuerdos para los seres queridos. Llegamos a casa y pollo decidió prepararse y esconderse en el morral para dirigirnos al Aeropuerto Internacional José Martí de la Habana. Fue el momento de decirle ¡¡hasta pronto!! a Isy, ya que ella retornaba a su país; mientras pollo y yo regresábamos a Colombia. Ese mismo día, llegué a mi querida ciudad de Cúcuta.
Cuba también usa las temporadas altas y bajas de turismo. De esto, dependen los precios y  lastimosamente usamos la temporada alta para viajar.   La temporada alta va de Noviembre a Abril y  de Julio a Agosto y la baja de Mayo a Junio y de Septiembre a Octubre. 

Comentarios

  1. Hola María no sabía de tu blog felicitaciones, bonita narración. Éxitos en tus próximos viajes.

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  2. Respuestas
    1. Gracias a usted por leerlo. Son viajes y aventuras que quiero compartir.

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