Conociendo la sierra ecuatoriana
Cruce
de frontera por Macará
El
día empieza con el cruce a otro país. Desde Sullana se puede ir por la ruta 1N hasta
la frontera entre Perú y Ecuador en el punto de Macará. En esta oportunidad entraríamos
a Ecuador con la intención de visitar solamente la Sierra dejando atrás las
recomendaciones de visitar el occidente o selva ecutoriana.
El cielo
azul, el cambio de país, moneda, comida y los paisajes de cumbres altas y verdes nos fueron llevando
por la ruta principal de Ecuador E35 que atraviesa todo el país. Nos dirigimos
por rutas tranquilas y unos kilómetros antes de llegar a nuestro primer punto
de descanso llamado Catamayo, la neblina se intensificó y logró mojar la ropa que traíamos puesta. Nos esperaba una hermosa familia de
viajeros y motociclistas.
Nos sentimos cerca a casa y empezamos a notar las similitudes que tenemos con nuestro vecino país como son los sabores, trato y hasta la arquitectura de las ciudades. La experiencia de viajar y tomarse el tiempo de conocer a distintas personas, diversos lugares y tantas costumbres, nos ha dado la sencilla experiencia de tener un conocimiento de cada lugar visitado.
Nos sentimos cerca a casa y empezamos a notar las similitudes que tenemos con nuestro vecino país como son los sabores, trato y hasta la arquitectura de las ciudades. La experiencia de viajar y tomarse el tiempo de conocer a distintas personas, diversos lugares y tantas costumbres, nos ha dado la sencilla experiencia de tener un conocimiento de cada lugar visitado.
Catamayo
está al sur de Ecuador y a pocos kilómetros de Loja capital de la provincia. Compartimos
historias y anécdotas de viaje y agradecidos por el compartir, nos despedimos
de Diabliumas conformado por Raúl, Soledad, Francisca y Bruno.
Continuamos
la ruta y unos kilómetros más adelante nos llevarían a visitar la ciudad de
Loja. Tuvimos la suerte de llegar a la ciudad en plena fiesta de aniversario.
Además, nos encontramos con dos parejas muy amables que nos acompañaron a actividades
culturales de la fiesta de artes vivas y reconocimiento de puntos relevantes de
la ciudad.
Que lindo ha sido seguir conociendo tantas personas que quedan en nuestro corazón. Cada nuevo día nos despertamos con nuevas historias e inolvidables experiencias que enriquecen el viaje y la vida. Un hasta pronto a Cristian y Beatriz, Brayan y Mishell y durante 6 horas iríamos por la Sierra llevando con cuidado la moto para que resistiera y no nos dejase en ruta.
Al finalizar el día llegamos a la ciudad de Cuenca. Una gran ciudad. Hay que tener en cuenta que es la tercera más grande de Ecuador.
Que lindo ha sido seguir conociendo tantas personas que quedan en nuestro corazón. Cada nuevo día nos despertamos con nuevas historias e inolvidables experiencias que enriquecen el viaje y la vida. Un hasta pronto a Cristian y Beatriz, Brayan y Mishell y durante 6 horas iríamos por la Sierra llevando con cuidado la moto para que resistiera y no nos dejase en ruta.
Al finalizar el día llegamos a la ciudad de Cuenca. Una gran ciudad. Hay que tener en cuenta que es la tercera más grande de Ecuador.
Dedicamos un día para
conocer la zona céntrica y colonial. Y luego, salimos con los amigos
motociclistas Jhon Pool, Stella, Wicho y hasta Cesar el amigo mexicano con
quien hemos compartido en varios lugares de Sudamérica. Aprovechamos para
conocer el Mirador de Turi, además para compartir historias, aprender y
confirmar a través de ellos que el viaje no termina, que hay nuevos lugares por
visitar y que la vida se puede disfrutar y siempre debemos dejarnos sorprender de
los pequeños detalles del día a día.
Cuando
salimos a ruta, logramos ver tanta diversidad en la naturaleza, los vientos que
muchas veces se disfrutan; en otras oportunidades no son la mejor compañía. En
la Sierra nos hemos encontrado con ventisca y zonas más frías. Nos protegemos
del clima y seguimos disfrutando de nuevas aventuras rodeada de gente linda y
paisajes que enamoran.
Dijimos
hasta pronto a nuevos amigos de Cuenca y seguimos la ruta durante 10 horas
hasta llegar nuevamente a Ambato a visitar a
nuestro amigo Mauro a quien habíamos conocido el año pasado en nuestro
paso por la ciudad. Cada vez nos sentimos más cerca a casa. Un nuevo día. Nueva
experiencia y seguimos conociendo. Esta vez nos dirigimos nuevamente a Baños de
Agua Santa a conocer el Pailón del diablo. Un lugar con gran concentración de
energía. La fuerza del agua y la caída la hace tener un reconocimiento como
otra de las maravillas naturales de América.
Para acceder hasta el mirador y disfrutar del paisaje se paga 2 dólares
por persona, se camina durante 15 a 20 minutos y ya puede disfrutar del lugar.
Los alrededores de Baños son muy lindos con paisajes verdes y altos que brindan
mucha tranquilidad y aire limpio.
La
moto seguía fallando. Ya no sabíamos qué hacer. Si seguir hasta Colombia para
hacerla revisar o llevarla con algún mecánico en Ecuador. Nos asustaban los
costos y sorpresas que podían surgir. Pero
no podemos seguir arriesgando y exponiéndola a mayor destrucción. Así que
seguimos las recomendaciones del señor Mauro y la llevamos a un lugar recomendado
y en eso …..un ángel de 60 años apareció
para detectar cual era el problema. No era carburador, era necesario
cambiar válvulas y árbol de levas las cuales estaban desgastadas y a punto de
colapsar. Eso significó que llegamos a tiempo y al mejor lugar para cambiarlas
antes de que todo empeorara y no pudiésemos avanzar más. La mano de obra fue gratis y terminamos
recibiendo un curso de mecánica a medida que se iba reparando la moto.
En
nuestro paso por Ambato, compartimos, aprendimos, conocimos y confirmamos la
gran solidaridad motociclista con una pareja maravillosa de la que se puede
aprender mucho. Ellos son Mauro y Rosita. Gracias a la vida por tantos momentos y bendiciones en la ruta.
Una
vez arreglada la moto e invertido un poco en ella, decidimos avanzar hacia la
Capital.
Llegamos a Quito en pleno aniversario y todo era alegría y fiesta.
Decidimos dedicar un día para visitar varios puntos al lado de la señora María; la mamá de una viajera y amiga de ruta. No podríamos llegar a compartir con alguien mejor. Hay que escuchar y vivir más para poder conocer el mundo y todo lo que nos rodea. Una nueva experiencia y recuerdos inolvidables. Quito tiene varios puntos para conocer y no se puede dejar de visitar la Catedral Metropolitana, mirador del panecillo, Palacio de cristal, plaza administrativa; entre otros puntos que se encuentran entre calles angostas y coloridas.
Llegamos a Quito en pleno aniversario y todo era alegría y fiesta.
Decidimos dedicar un día para visitar varios puntos al lado de la señora María; la mamá de una viajera y amiga de ruta. No podríamos llegar a compartir con alguien mejor. Hay que escuchar y vivir más para poder conocer el mundo y todo lo que nos rodea. Una nueva experiencia y recuerdos inolvidables. Quito tiene varios puntos para conocer y no se puede dejar de visitar la Catedral Metropolitana, mirador del panecillo, Palacio de cristal, plaza administrativa; entre otros puntos que se encuentran entre calles angostas y coloridas.
Quisimos
visitar al fantasma de Otavalo pero la noticia de que un paro amenazaba a
Colombia y la posibilidad de quedar al otro lado y no avanzar, nos llenó de
miedos y decidimos seguir rumbo a Pasto, dejando atrás otro país, otra historia y lindos
recuerdos de viaje está vez por la Sierra ecuatoriana.
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