En ruta... haciendo realidad nuestros sueños




Armero en la ruta

Pollo: Yo iba disfrutando alegremente del paseo, viendo los paisajes cuando de repente frenaron a mitad del camino y se metieron a unas ruinas de un pueblo. Alcancé a leer que se trataba de Armero. Una ciudad desaparecida, en donde murieron más de 2.000 personas; debido a una avalancha que arrasó con el pueblo y en la que hoy, muchos años después, aún hay cuerpos sepultados.  
Sentí mucho miedo y me escondí en el chaleco de Miguel. Él sin embargo, hizo vídeos y tomó fotos. La mayoría del tiempo sentí escalofríos hasta en mis huesos.

Ibagué

María: Al finalizar la tarde llegamos a la ciudad de Ibagué. Con Miguel usamos una aplicación para ubicarnos a la dirección que nos había indicado Angélica, la sobrina de Miguel. Sin embargo ese no era el punto y tuvimos que esperar a que vinieran a nuestro rescate. Esa noche salimos con Silvestre y su grupo de moteros. Fuimos a Villa Restrepo a tomar aguapanela con queso una bebida típica de clima frío.
Estuvimos con la familia 4 noches y aproveché para estudiar y adelantar trabajos de la universidad, mientras Miguel y pollo se fueron a recorrer la ciudad.

Neiva, el desierto y Los Moto Riders



Pollo: El primero que vino a nuestro rescate fue un muchacho flaco y tímido que nos llevó a casa de una mujer encantadora y con una sonrisa llena de energía. Ella es Malejha. Una vez nos recibió supimos que algo hermoso pasaría. Salimos con ella al encuentro con el grupo de Moto Riders y allí pudimos interactuar y compartir experiencias y calcas.



Al siguiente día salimos al desierto de la Tatacoa donde tuvimos que vivir la experiencia más calurosa hasta ahora vivida.

En el desierto
María: llegamos a puerto viejo una pequeña población que antecede al desierto. En el parque compartimos un rato y Miguel entró al museo arqueológico en donde encontró fósiles de tortuga y de osos. Buscamos almuerzos y fuimos a la orilla del río Magdalena donde se puede cruzar la moto en una canoa después de pagar 10.000 pesos. Claro que de ahí se ahorra dos horas de camino para llegar a Neiva.
Una vez que ingreso al desierto y con todo el vestuario de protección, me cuesta respirar y siento que puedo desmayar. Sin embargo, Miguel y pollo están preparados para ayudarme y nos acercamos a una caseta para tomar un refajo, quitar la seguridad y descansar un rato. Quisimos avanzar hasta la piscina natural pero antes de llegar y una vez visto el segundo observatorio, decidimos parar y pagar 15.000 para tener derecho a usar techo, baño, ducha y una hamaca que usé para tener el mejor descanso y en la tarde visitar la piscina a la que se puede ingresar después de pagar 10.000 cada uno.
La tarde- noche llegó y el atardecer fue maravilloso aunque la noche no mucho; ya que era cambio de luna y en luna llena hay mucha luz y no pudimos ver las estrellas en todo su esplendor. En el observatorio se paga 10.000 por persona.



Miguel:
Armamos la carpa y en unas horas ya estábamos durmiendo. Claro que pollo no lograba tranquilizarse porque a lo lejos y desde muy temprano los gallos quiquiriquiaban. 



Pollo: Anoche quise ver las estrellas pero no fue posible. No pude dormir porque mis familiares estaban comunicándose desde la distancia. María y Miguel no entendieron el mensaje que ellos dieron pero yo pude comprender que tenía que estar atento porque un zorro estaba acechando y podía llegar a atacar.

María: volvimos a organizar todo y salimos rumbo a Neiva donde pudimos compartir con la mamá de Malejha y en la noche hacer un recorrido por la ciudad. Definitivamente una gran experiencia con gente que ama ayudar a los viajeros pero que a la vez son más que un grupo, son amigos. Así nos despedimos para emprender una nueva ruta.

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