Perú entre Selva, Sierra y Costa
Chanchamayo-
Selva Central
Pollo: Hemos viajado durante dos horas entre
Tarma y La Merced explorando una nueva ruta, unos paisajes hermosos, con el
mejor clima con nuestro ángel y con Fernando quien nos hizo reír todo el tiempo.
Al llegar al control de ingreso a la Selva, a los chicos les tocó ponerse la
inyección contra la fiebre amarilla y yo me quedé quieto viéndoles sufrir
ja,ja,ja pío, pío, pío. Siempre logro
pasar desapercibido y en esta ocasión no fue la excepción.
Chanchamayo-
La Merced
Miguel: hace rato que no celebraba sentir
calor. Una vez se empieza la Selva central entramos de frente con el cambio de
clima. Encontré una naturaleza exótica y un lugar amplio y verde para hacer el
voluntariado por tres semanas.
María: El lugar a donde llegamos me gustó
mucho. Aunque estaba en medio de las dos poblaciones más cercanas (La Merced
& San Ramón), seguía siendo difícil ir sin usar transporte. El hotel cuenta
con zonas amplias, árboles frutales, poza natural, cascada, 7 bungalows para
clientes y 3 generalmente para voluntarios; además de las casas de la familia.
Sus zonas están rodeadas de naturaleza y el trabajo es diverso.
Miguel: Empecé dibujando y terminé haciendo
mantenimiento a la piscina y colaborando en lo que se presentase. Algunos días volví
a vivir la pasión por la narrativa y pude hacer presentaciones para clientes
del hotel. Presentaciones que se hacía al lado de una fogata que terminaban en
cortas caminatas nocturnas para explorar la vida de los Coquis (hormiga de gran tamaño que cortan
hojas para la cama de la reina).
Pollo: Esta vez acompañe a los chicos a
trabajar ja,ja,ja pío, pío, pío. Terminé rendido. Esto no es para mí. Yo viajo
solamente para ver paisajes, conocer culturas, interactuar con nuevos amigos.
Pero no para trabajar. Eso se lo dejo a ellos que inventaron este plan de
viajar con poco dinero ja,ja,ja, pío, pío, pío.
María: En nuestros días de intercambio en
Chancahamayo hubo mucha lluvia y se vincularon nuevos voluntarios. La vida fue
agradable y siempre se aprende. Tuvimos la oportunidad de visitar una comunidad
indígena llamada Shipiba con niños alegres, mujeres tejedoras y hombres en el
campo.
Respirar la naturaleza y tranquilidad de la selva, contar con la
compañía de dos lindos perros que día a día se retiraban a dormir en frente del
bungalow donde dormíamos. Cocinar la comida peruana, compartir con una
australiana, dos franceses, una venezolana y la familia del hotel fue una nueva
experiencia para recordar.
Miguel: Nos despedimos de la familia y
voluntarios. Sabíamos que nuevamente retomaríamos un viaje de más de 5 horas. Y
solo agradecía a Dios que el clima era perfecto. Un cielo azul y despejado con
un sol brillante que nos sonreía.
María. Dejé a los perros y ellos supieron
aceptar que éramos pasajeros porque nos miraron, voltearon y siguieron jugando.
Un hasta pronto a Camille, Danny, Anthony, Elliot, y las ruedas de la
motocicleta empezaron a rodar para llevarnos hasta la próxima parada. Chupaca
Pollo: Sí, así fue. Dejamos nuestra cómoda
vida en el Bungalow y nos aventuramos hacia Huancayo. Todo cambio tiene su
aprendizaje. Ja,ja,ja, pío, pío, pío.
Chupaca
al lado de Huancayo
Miguel: Nos ha recibido una pareja y su
familia en un hogar tranquilo, sencillo y de gente amable. Estamos muy
agradecidos con la vida porque hemos encontrado a hermosas familias en Perú.
María. Los días en esta ciudad los pasé enferma
y débil. Pero siempre traté de compartir con la familia.
Pollo: Acompañé a Miguel a comprar
nuevas llantas, cambiar los rodajes
traseros y hacer nuevas calcas. Muchos gastos.
Ojalá no se les acabe el dinero
porque tendré que desaparecer o volver a Reque donde mi amigo Rock ha recibido
a mis hermanos mayores que no sé cómo han sabido llegar hasta ahí. Debió ser
por el vídeo en vivo que hizo Miguel el día que abandonaba la Ecoaldea. Tanta
inseguridad con el tal Facebook. Ja,ja,ja, pío, pío, pío.
Miguel: Confiando en que el trabajo realizado
a la moto la dejaría 1 / A. emprendimos nueva ruta con destino a Imperial, uno
de los 16 distritos de la Provincia de Cañete de la Región Lima.
Rumbo
a San Vicente de Cañete
María: Por recomendaciones de la familia en
Chupaca, hemos salido antes de las 9: am de casa. En ruta encontramos una
cantidad de inconvenientes. Para empezar, después de un 20 kilómetros nos
encontramos con cierre de vía por mantenimiento en la misma, además, nos
informaron que no había estación de gasolina en ruta y era necesario llevar
adicional gasolina, y lo peor, la vía estaba en mal estado y con grandes
posibilidades de lluvia.
Miguel: Tomé la decisión de regresar a buscar
gasolina y dejar a María en la ruta. Una vez retorné, recibí apoyo de los
trabajadores viales quienes nos ayudaron a pasar la moto para avanzar y no
esperar que fuese el mediodía para abrir el paso. Tuvimos muchos momentos
incómodos aunque con paisajes hermosos.
María: Nuevamente me invadió la inseguridad
de ver la vía en mal estado. En la única parada que hicimos y por el mal estado
de la vía, la moto y Miguel terminaron en el piso; aunque sin ninguna
consecuencia grave.
Pollo: Habíamos avanzado mucho y sentía que
nunca iba a llegar. De repente un ángel llamado Jesús nos fue a buscar y supo
guiar hasta el destino final. Empiezo a creer que las oraciones de los padres
de Miguel y María hacen efecto y de alguna manera no estamos solos. Ja,ja,ja,
pío, pío, pío.
Miguel: todo hubiese sido perfecto si la
noticia de que el pago que habíamos realizado en la tienda de Yamaha en
Huancayo fue mal invertido. Resulta que
nunca hicieron el embocinamiento por el cual pagamos 80 soles, sino que lo
único que hicieron en el rin trasero fue poner una lámina de lata de gaseosa o
cerveza y cuando llegamos al lavado en Cañete se dieron cuenta del problema y
nos tocó volver a pagar por un buen trabajo. Nos pusimos en contacto con la
tienda y nunca nos respondieron y eso que le hicimos publicidad.
María: superado el impase y después de un
gasto adicional, hemos salido con el grupo de moteros de Cañete a conocer mejor
la ciudad y sus alrededores. Aprovechamos para visitar la Muralla China,
Macchupicchu, Pirámides de Egipto, Cristo Corcovado, Coliseo Romano y todo por
solo 5 soles c/u. Esto lo encuentran en Quilmaná en el parque zonal “Chavin de
Huantar”.
Pollo: Hemos tomado unos vinos, pisco y no sé
qué otro líquido y hemos rodado con verdaderos apasionados de las motos.
Jóvenes como yo, que aman la vida y ver en primer plano el horizonte, sintiendo
la brisa en la cara. Ja, ja, ja, pío, pío, pío. Así terminaron nuestros días en
la provincia de Cañete.
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