Descubriendo Uruguay en invierno



María: Cuantas veces pensé que no era posible. Tal vez las mismas que soñé despierta, dibujé y hasta escribí una lista larga de lugares  que quería conocer. Hoy me encuentro lejos de mi país, de mi familia y feliz de haber tomado una de las mejores decisiones de mi vida. Conocer lo que hay más allá de las paredes de la casa, del trabajo, de las fronteras humanas, las cordilleras y los mares. Gracias a las sabias decisiones, al trabajo continuo y ser decidida, me encuentro explorando el séptimo país sudamericano en una apasionante aventura en moto.
Miguel: acompañar a María en uno de sus sueños me hace muy feliz, parece que fue ayer que empezamos a conocer nuevas familias, sumar muchos kilómetros, lograr otras experiencias y ser libres para darnos cuentas que aunque hay barreras en las fronteras, se puede avanzar de la manera más sencilla y en moto. Además, contamos con la hospitalidad sudamericana y hemos aprendido que migración y aduana no lo es todo en un país; ya que quienes realmente hacen al país es el ciudadano que día a día sale a trabajar, es hospitalario, amable y muestra con sus actitudes lo que es en sí un país.  
María: Hemos decidido regresar a Colombia usando la costa uruguaya, conectándola con Brasil y Paraguay para atravesar más adelante Perú, Ecuador y Colombia. En nuestro plan original, teníamos a Venezuela como opción para retornar a nuestra ciudad que queda a pocos kilómetros de nuestra casa en Cúcuta. Sin embargo, la crisis que se vive en Venezuela, la poca seguridad en que la frontera del norte de Brasil esté abierta y lo poco seguro que es el paso por territorio venezolano, nos desanima a seguir  más al norte. La manera más práctica sería avanzar hasta Roraima y cruzar a la frontera de Venezuela.  Sin embargo, a quienes hemos  consultado para hacer esa odisea, se han opuesto y asesorado en que declinemos y busquemos otra solución. 
Miguel: Tantos puntos visitados, tantos que aún quedan por conocer. Se nos hace que fue muy poco tiempo para conocer Sudamérica. Además, hay motivos familiares que nos llevan a acortar el viaje y dejar algo para un futuro. Amo este continente, su gente y todo cuanto he visto; que quiero continuar conociéndolo. Pero bien, decidimos conocer Uruguay y pensamos que era muy práctico aprovechar el invierno para visitar toda la costa y avanzar a Brasil.
María: En compañía de pollo y José María, avanzamos por territorio argentino desde Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y después cruzar el largo puente llamado “Puente Libertador General San Martín” cuyo final tenía un peaje y el control migratorio que nos daba la bienvenida a Uruguay. La atención, tranquilidad y carisma de los funcionarios de Aduana y Migración nos gustó tanto que desde ese momento sentimos que valía la pena seguir conociendo más. Sabemos que son muchos los colombianos que han pasado por esa frontera, no tuvieron miramientos en  nosotros y sólo nos pusieron el sello de bienvenida y ya estábamos a 30 kilómetros para llegar a casa de nuestro primer apoyo. Y oh sorpresa, nada más y nada menos que un militar activo quien nos llevaría a su hogar y permitiría conocer la ciudad de Mercedes. Una encantadora población con gente amable, museo e historia propia de Uruguay. Y desde ese momento anduvimos enterándonos de la política y antecedentes de dictaduras que había sufrido Uruguay.
Pollo: Aquí fue!!! Yo vi la patrulla de policía que llegó a la estación de gasolina y pensé en que había llegado mi hora. Quedé en silencio y casi pongo un huevo ja,ja,ja,pío,pío,pío aunque no soy gallina. Él dijo que nosotros éramos los viajeros que le habían recomendado y en cuestión de segundos los chicos se presentaron y comprendí que era un buen policía que nos daría la bienvenida a Uruguay.
Miguel: Tres días fueron suficientes para tener una idea general de la población, historia y tranquila vida. Compartir con Davo fue un gusto y salimos de ahí rumbo a Colonia del Sacramento, no sin antes degustar un almuerzo en la población de Dolores y un mate en Carmelo.

Colonia del Sacramento
María: Que persona más querida hemos conocido. Es un ser excepcional que tiene un poco de brasileño y uruguayo. Luis fue el encargado de darnos la bienvenida a uno de los lugares más bellos que he conocido en los poco a días en Uruguay. Los días en ese paraíso son para disfrutarlos. El clima nos acompañó con noches frías pero días brillantes y cargados de toda la energía.  Supimos aprovechar el tiempo y salimos a conocer todo cuanto se puede visitar y  ser testigos de una linda historia del anfitrión.
Miguel: Cuanto amor se respira en la vida. Cuántas historias quedan sin ser contadas y cual dichosos ser testigo de ella. Me enamoré y quiero seguir siendo un soñador del siglo XXI.
María: Los atardeceres son momentos que no se pueden desaprovechar, la caminata por la rampa nos llevaba a hacer varios kilómetros y siempre  nos encaminaba a despedir el sol con  la esperanza de un pronto retorno. Así de simples y hermosos fueron nuestros días en Colonia al lado de un gran hombre que difícilmente se borrará de nuestro corazón y de nuestra vida.

Rumbo a la Capital- Montevideo
Pollo: Los motoratones nos esperaban, pero estos no eran de marte, eran de Uruguay. Un grupo de motociclistas con un club, pero no eran ratones como yo pensaba, ja,ja,ja,pio,pio,pío.
Miguel: pollo no hacía más que quejarse del frío, mientras que yo aprovechaba el tiempo para estar haciendo artesanías e interactuando con los integrantes del grupo, aprendiendo a jugar pool de la manera uruguaya, viendo como avanzaba el proyecto de la motocicleta con motor de Volkswagen y tardes de mate y comida típica de Uruguay.
María: Aunque el clima que nos acompañó no fue el mejor y yo ya empezaba a enfermarme, pasamos momentos significativos con el club de motociclistas y con su presidente, Kapy. Desde donde dormíamos, tomamos un servicio de bus y llegamos al centro de Montevideo para hacer una exploración rápida por el centro histórico. Después, aprovechando el único día de buen sol, fuimos en moto por la rampla y playa. Nos ha tocado vivir días fríos en un país rápido para conocer, lleno de gente amable y de historias nuevas para nosotros. Y claro, una nueva despedida que nos llevaría rápidamente fuera de Uruguay.

Piriápolis
Miguel: salíamos de compartir con grandes personas, el frio nos acompañaba al encuentro de otro motociclista, María venia ya con unos problemas de pecho. En casa nos recibió una pareja conformada por la hermana y cuñado de Juan Pablo, con quienes compartirnos largas charlas al calor del fuego esperando un buen clima que nos permitiera salir a recorrer los alrededores.

Pollo: yo solo esperaba que no pensaran en comerme, porque lo mejor para la gripa es un caldo de pollo. Le propuse a María que si me bañaba con agua calientita y ella se tomaba el jugo pero no quisieron. Después me explicaron como se hacía el caldo y retire mi propuesta.
María: con un poco de cuidado y con el deseo de conocer más, aprovechamos el único día de sol y salimos a recorrer el castillo de Piria, las playas y el cerro que acompaña a la población. Después de esto, preparamos todo para salir a pocos kilómetros a visitar a otro motociclista.

Punta del Este
María: Nuevamente el viento soplaba fuerte y frío. Dedicamos unos minutos al mirador del águila y desde allí se veía las olas fuertes y frías que golpeaban la costa uruguaya. El día era gris y nos enseñaba el verdadero cambio climático y la esencia del invierno en estos lugares que aunque no tienen capas de hielo, el ambiente es muy frío y húmedo.
Miguel: En la ruta, nos encontramos con el desvío que nos llevaría a punta ballena pero no tuvimos suerte en verles. También pudimos entrar al museo del gran artista uruguayo Carlos Páez Vilaró cuyo arte es de alto valor para el país y algunos lugares en el exterior.
José María: Los chicos me llevaron por cuevas y miradores de ensueño. El clima mejoró y llegamos hasta la mano de Punta del Este. En casa nos esperaba Gonzalo, un gran hombre con un corazón grande que dio lo mejor para que nosotros pasáramos un día inolvidable.
Rocha
Pollo: llegamos a un hogar de dos personas mayores. Todo cuanto viví ahí marcó una experiencia difícil de explicar. Chacho hizo hasta galletas con mi foto ja, ja, ja, pío,pío,pío.
Miguel: Ayudé en unos arreglos eléctricos, me sentí responsables de tan linda pareja, pero también quería continuar el viaje. El gesto de aguardar y cuidar a María como si fuera su hija me acercó más a ellos y quedé agradecido con tan grandes personas. Además con una gran historia que quedó en nuestro recuerdo.  
María: Llegué a casa de una linda pareja de gran corazón, capaz de compartir sencillamente todo cuanto tienen. La experiencia de vida que llevan me enriqueció y marcó en este viaje. Todo lo vivido en casa tiene un gran significado. Logramos compartir en días de lluvia y frío. Y esta experiencia sería la última que nos llevaríamos de un hogar uruguayo ya que terminó siendo el último punto que visitaríamos antes de salir del país.

Comentarios

  1. Hola.chicos... estuve en un lugar por donde ustedes pasaron..por cerro sombrero.. sur de chile.. yo también hice noche ahí.. tengo mi face es George Bazan..

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    1. Hola George Bazán que gusto poder tener esos recuerdos. Espero que haya pasado una buena noche. El lugar es maravilloso y algo frío.

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  2. Hola.chicos... estuve en un lugar por donde ustedes pasaron..por cerro sombrero.. sur de chile.. yo también hice noche ahí.. tengo mi face es George Bazan..

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