Hasta pronto Bolivia


Desde que emprendimos el retorno a casa desde Foz de Iguazú en Brasil; sabíamos que iríamos a pasar por Bolivia.
Lo que no sabíamos era que tendríamos que vivir uno de los momentos más crítico de los últimos años en el corazón de Sudamérica.  Bolivia está pasando una crisis debido a posibles fraudes en las elecciones del domingo 20 de octubre donde nuevamente el presidente Evo Morales sería elegido por 3 vez consecutivo. Los opositores no lo aceptan, los que algún día le apoyaron están desencantados y según varios datos, el presidente tiene un despilfarro de dinero y algunas investigaciones por enriquecimiento ilícito. 
Lo que pudimos ver desde que ingresamos desde el sur a Tarija en la frontera que limita con  Argentina; es que la sociedad se enfrenta entre sí por las diferencias entre los que están a favor que bloquean para no dejar pasar a los que están en contra y quieren llegar hasta La Paz.
Nosotros terminamos llegando a la ciudad de Tarija pasada las 7 de la noche. Para ese entonces ya había evidencia de quemas en la calle, alambre en la ciudad y cordones que impedían el paso libre de los carros. Las personas que estaban ahí hacían control para no dejar pasar especialmente a los conductores con  carros. Como no habíamos estado ahí antes,  encontramos bloqueos que nos confundieron y obligaron a buscar un hotel rápidamente.  Al siguiente día casi no logramos salir. Las calles estaban tapadas con escombros, alambres, llantas ardiendo pero hablamos con los líderes y explicamos que queríamos regresar a casa y nos permitieron circular despacio y pidiendo permiso en cada bloqueo. Estamos en uno; cuando apareció un carro y quienes nos estaban autorizando para seguir, atacaron al conductor y carro a piedra y con un punzón pincharon la llanta. Salimos asustados de ahí y continuamos la ruta evadiendo cada obstáculo. Esta vez iríamos por la Pampa boliviana sufriendo por la altura y la moto que perdía fuerza y nos llevaba a 20 y 40 kilómetros por hora nos logró asustar. 
Avanzamos muchos kilómetros y ya se hacia de noche. El frío se hacia intenso y el color del cielo proyectaba diversos colores. Cuando faltaba 16 kilómetros por llegar a Potosí, nos paró un grupo de hombres en medio de la nada para darnos instrucciones de no ingresar a la ciudad. Un tiempo después nos permitieron avanzar pero la moto ya no quería responder. Perdimos mucho tiempo ahí y después de un tiempo prudencial, logramos prenderle y llegar a la plaza central esquivando varios bloqueos en la ciudad. Un nuevo milagro estaba por suceder. Después del cansancio. La llegada tarde a la ciudad, el frío intenso y demás.  Nos encontramos con quien nos orientaría en la  ciudad y ayudaría a buscar un hostal. Pero estábamos en eso; cuando un desconocido pregunta si buscábamos motoposada y al responder que sí, llamó al señor Freddy y su hijo júnior quienes nos llevaron a la casa museo para descansar. Entre todos ayudaron a empujar la moto por calles bloquedas porque para ese entonces, la moto ya no respondía.  Al siguiente día la moto no revolucionaba y quedaba en mínimo y entre todos pasamos el día tratando de identificar donde estaba el daño. No terminamos y al segundo día nos dimos cuenta que era necesario cambiar el carburador. Gracias a ellos y a la atención y hospitalidad pudimos salir de Potosí con un nuevo regalo para la moto, (carburador) un ejemplo de hermandad motociclista y unos nuevos amigos de ruta.  
Gracias a familias como ella es que seguimos confirmando la hospitalidad y gran calidez humana de la mayoría de ciudadanos sudamericanos.
Un hasta pronto. La esperanza de volver a verles y seguimos la ruta 1 que nos llevaría 340 kilómetros a la ciudad de Oruro a donde visitarnos nuevamente a nuestro amigo Jhon a quien habíamos conocido hace casi un año cuando pasamos por su ciudad.
El bloqueo en la ruta es fuerte y me tocó bajar de la moto a hablar con los líderes y explicarle que éramos extranjeros que sólo pasábamos por Bolivia. Exigieron mostrar pasaporte para confirmar y después de esto pudimos seguir. Cada cierto tiempo encontrábamos obstáculos entre piedras, arena y camiones atravesados. 
Dormimos una noche en Oruro y seguimos el viaje al siguiente día para llegar hasta El Alto, una ciudad grande y caótica cerca a la Paz. Casualmente hace un año habíamos llegado al mismo lugar. Solo nos quedaba avanzar hasta Copacabana y cruzar el Lago Titikaka para visitar nuevamente a nuestra amiga Pamela a quien hace más de un año visitamos e  nuestro paso por Puno. Así salimos de Bolivia llevando una imagen de descontento de muchos de los ciudadanos que cansados de lo mismo insisten en hacer un cambio y no permitir que un solo ciudadano sea el líder por años.
En nuestro paso por Bolivia no vimos más que publicidad a favor de Evo. Es como si no existiera otro líder y él fuese el único que tiene derecho a tener en pendones, paredes, suelo, carros, puentes y todo cuando se puedan imaginar; el rostro y logo de Él.
Para ir desde El Alto a Copacabana hay que cruzar en transbordador por el lago Titikaka y el costo fue de 20 pesos bolivianos aunque el policía a quienes habíamos preguntado con anterioridad había explicado que tenía un costo de 15.  Sin embargo, a la hora de pagar a quien estaba a cargo; simplemente dijo que era 20 pesos bolivianos. Precisamente, es ese el tipo de comportamientos que molesta; ya que nunca sabes exactamente con que van a salir. Si cobran más porque eres viajero y piensan que vas cargado de dinero o solamente porque eres extranjero.
Otra historia que nos pasó antes de salir de Bolivia es que cuando salimos del Alto con dirección a Copacabana. Me bajé de la moto una cuadra antes para ir a la estación y comprar 5 litros de Gasolina que sería puesta en un bidón que cargamos. Sin embargo, al verme me dijo que debía presentar carnet boliviano. Le dije que no lo tenía y la repuesta es que si no la tenía entonces no había gasolina para mí. Le dije que requería gasolina para seguir el viaje y simplemente se negó a venderla. Pero un señor que vio la situación se ofreció a venderme la gasolina y así fue como pudimos avanzar hasta Copacabana.  
Hemos salido rápidamente de Bolivia dejando atrás las personas lindas que hemos entramos en nuestro paso por el país. Dejando a aquellas personas con incertidumbre y el miedo a lo que va a pasar. A un país que nos provocó muchos sentimientos hace un año cuando logramos visitarlo por casi 3 meses y que ahora de regreso le vi destruido y con muchas personas sin saber qué hacer. No me atrevo a decir algo porque al final fui una extranjera que poco se de la realidad boliviana y de las tradiciones y pasiones de sus ciudadanos. Sólo sabemos que hay gente linda, trabajadora, gente buena capaz de sonreír y compartir lo mejor que tienen contigo. En nuestro paso solo vimos lo mejor y tuvimos surte de no encontrarnos a los malos. Deseamos que este lindo país ubicado en el corazón de América se levante y cara en alto muestre quienes son. Hasta pronto Bolivia.

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